jueves, 28 de marzo de 2019

No importa quien soy

No importa quién soy. No importa cómo me llamo. 
Puedes llamarme Mago, Chamán, Brujo. Porque de todas formas mi naturaleza es esta. 
Desde siempre, a partir del primer respiro de vida, de la primera patada que tiré en el mundo.

Soy uno de aquellas personas que tienen el fuego en el alma, soy uno de aquellas personas que tienen la vista y el oído de un gato, soy uno de aquellas personas que hablan con los árboles y con las hormigas, soy uno de aquellas personas que tienen el cerebro de un Alquimista.

Tengo la belleza de la luz, tengo la belleza de la armonía, tengo la belleza del mar en tormenta, tengo la belleza de un león, tengo la belleza de los girasoles, de la lavanda y también de la hierba grama. Por esto y más soy Mago, soy Chamán, soy Brujo...

Soy Mago porqué soy diferente, soy único, soy otro, soy mi mismo, estoy fuera de las filas, estoy fuera de los esquemas, soy anormal… ¡soy yo!

Soy Mago porqué estoy orgulloso de mi ser animal-humano-artista, profesional loco de mi vida. Soy Mago porqué sé utilizar la cabeza, porqué digo siempre lo que pienso, porqué no tengo miedo de la palabra peligrosa, de la palabra poderosa y potente.

Soy Mago porqué a menudo fastidio a las Santas Inquisiciones de este extraño milenio, de esta Edad Media de tribunales mediáticos y apáticos.

Se quien soy y por eso te digo a ti:


Cree en ti, y en tu visión de futuro.

Rodéate de aquellos que creen en ti y que ayudarán a alcanzar tu meta.
Mantén vivo tu sueño a pesar de los desafíos que acechan en tu camino.
Siempre habrá algunos que intenten robar tu sueño con críticas o risas;
no entienden aquello que te impulsa a llegar más allá.


No hay derrota en la inercia, pero tampoco hay éxito.
Sólo si corres los riesgos que los demás temen, podrás alcanzar la excelencia.
Los cambios pueden ser aterradores, pero a través de ellos podrás crecer.
Sólo si te desafías con lo que parece imposible podrás saber cuánto puedes alcanzar;
sólo una es la clave del éxito: persevera hasta triunfar.


Es posible que debas cambiar mucho, pero la buena noticia es:
¡Que puedes hacerlo!
La semilla de la excelencia está dentro de ti,
alimentala y no habrá nada que no puedas hacer.


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